Con ánimo optimista el día 31 hice mis deberes en forma de propósitos de año nuevo y por lo que llevamos de año, calculando una sencilla regla de tres, esto es:
"cero" en grado de cumplimiento x 12 meses = llega como puedas al menos a noviembre
ya puedo vaticinar que no lo voy a conseguir.
Es por eso que estoy profunda y budistamente agradecida a la llegada de esta nueva oportunidad. Y ya puestos, lo empezaré el lunes, porque ahora tengo la gripe y no estoy para celebraciones.
Me he desecho de los antiguos propósitos que solo estorbaban y me he agenciado otros, algo naïf, sí, pero por ahora aún factibles y prometedores, y como es el año del caballo, todo fuerza y voluntad, me da que lo voy a conseguir.