Imaginar, luego crear: Maker Faire (en Barcelona y Bilbao)



¡Al fin! ya tenemos aquí nuestra propia edición del Mini Maker Faire, que esperamos se constituya como una cita anual. Sólo para personas con imaginación y ganas de crear, curiosidad para aprender y necesidad de sorprenderse. La cita nace en 2006 de la mano de la revista Make Magazine (a la par sorprendente e indispensable) en USA y fue un exitazo desde sus inicios.
 
La cita en Barcelona, será el sábado 29 de junio en el espacio MOB (atención, conservar este link cerca para ir viendo su agenda periódicamente...), de 10 a 20h, y gratis, así que no hay excusas....
 
El Bilbao, menos excusas todavía, porque están el 13 y el 14 de julio, en el Museo Marítimo Ría de Bilbao
 
Para ir inspirándose, lo mejor es pasar un rato en su Canal Youtube que te deja boquiabierto al primer minuto.
 
Los tickets para el evento, los consigues aquí


Sentarse a soñar en Doméstico Shop es gratis

Si no vives en Barcelona o en Jerez, en realidad no estás de suerte. Esto no es un GRAN problema, pero bueno, siempre te queda la tienda online de DomesticoShop. Aviso que lo suyo es verlo in situ, ver la colección de mesas, estanterías, alfombras de nani marquina, cojines, la String en varias combinaciones,  lámparas para cansarse y demás cosas buenas y bonitas. Diseño tal cual, pero bien curado y mejor presentado. Muchas de estas jamás la podré pagar, es cierto, pero como soñar es gratis y es un sitio tranquilo, quizás te puedes sentar un momento y pensar que ése es tu comedor, ésa tu estantería y tus libros y quizás anotar que te faltará comprar alguna bombilla para tu lámpara nueva. Quizás, tras algunos ajustes en la economía doméstica, un poco de reflexión y mucho deseo, caerás a comprar aunque, lo dicho, soñar es gratis....


Ésta imagen es de Shopinkon (¡gracias!)

BCN Week Journal #23

 


Prepárense que ya es verano, o al menos eso parece en Barcelona. Primer fin de semana de sol y playa o montaña, según guste, hay para todos!                         

Comprar en Modo Slow (en Gràcia)

Hay formas y formas de comprar, claro, pero ir de tiendas en modo slow es otra cosa. Ir tranquilo por tu barrio, ver qué han abierto de nuevo, mirar los balcones, parar y volver atrás a un escaparate y entrar a ver es otra cosa.

El modo slow incluye además saber que lo que estás comprando no es de fabricación industrial y que como las alfombras persas, puede que tenga un buen defecto, no un agujero, vamos, sino uno de esos que dice que alguien se ha pasado un buen rato pensando y haciendo lo que tú te vas a llevar. Un buen valor, ¿no? Algo particular, que lo convierte en único, al fin y al cabo.



En el barrio de Gràcia, ya hace un tiempo se han organizado bien para dar a conocer estos comercios y tiendas que cada vez son más numerosas. Han publicado un folleto (bonito, de Sophie Güet) con un práctico mapa para que no te pierdas, pero si eres más de lo tech, puedes encontrar en su página facebook las últimas novedades, ofertas, descuentos y demás.

Bateau Lune, Magnesia, Verdejade o Melic son algunas de las tiendas en las que sin duda vale la pena perder el tiempo, aunque es una comunidad extensa y siempre publican cosas de nuevos artistas y propuestas interesantes, así que....¿no os lo dejéis pasar!

4 horas en Madrid, chivatazo exprés

Y llega el lunes y tengo que volver a Madrid y esta vez tengo unas 4 horas libres por la mañana y no muchas ganas de hacer nada.

Pero esta vez vengo, sin saberlo, con sorpresa! Un mapa prestado a ultima hora del domingo por @voyylocuento, lleva de regalo un postit con 4 direcciones!! Ahí que voy pues, menudo chivatazo...

11:00h: Hermosilla 26. Federica&co. Muy Merci, cierto,  es más que una tienda, un jardín trasero lleno de bultos y cosas chulas. Para perderse o sentarse un rato a oír nada.


11:45: Augusto Figueroa, 24. Mercado de San Antón. Frutas, verduras, carne y pescado como en todos los mercados pero bien puesto y nada ruidoso. En la parte de arriba, pequeñas tapas, mini bocadillos, algunos platillos de asados y potajes y hasta apetitosos arroces...



13:00: Augusto Fogueroa, 2. (H)arina. El paraíso del brunch con empanadas, bagels, ensaladas grandiosas y todo el dulce que puedad comer! 



13:30: Pl. De San Miguel. Mercado de San Miguel. Algunas tapas rápidas, barullo y gente arriba y abajo y salir volando a por un taxi para llegar a trabajar!


De vuelta y lo que vale un Yorokobu

Algo descuidado he tenido esto en las últimas semanas y no ha sido por pereza, sino por un no acabar nunca de viajes de trabajo por todos lados....ya de vuelta, tengo muchas cosas que contar, algunas en los próximos días y una algo distinta que verá la luz en algunas semanas (¡espero!)

Una cosa que he aprendido ya de Junio es que al primer vuelo que subas (uno que sea vueling) lo primero que hay que hacer antes siquiera de colocar tu maleta (digan lo que digan las azafatas) es coger de cualquier asiento el nuevo número de Yorokobu. Ling está bien, pero Yorokobu es mejor. No pasa nada, pero es así.

Con vuelos los días 3, 4, 6 y 7 de junio, el día 3 pensé, bueno, lo coges de vuelta mañana y el 4 me dio pereza ir más cargada. El 6 era de  ida y decidí que lo dejaba para el 7, de vuelta a casa. Craso error. El 7 ya no quedaban Yorokobus a la vista, ni en mi fila ni en la de enfrente, nada de nada. De eso me percaté a mitad de vuelo y con un asiento en ventanilla y dos desconocidos a la derecha, me ofusqué en conseguir cuanto antes mi ejemplar. Llamadme lo que queráis, no hay muchas cosas que hacer en un vuelo de 3 horas...

El caso es que se me ocurrió que técnicamente, el asiento en el que iba era mío y, por tanto, las revistas a mi espalda también mepertenecían (este es un razonamiento lógico básico cuando no queda nada de batería en el PC ni en el iPod). Me di la vuelta para ver a quién llevaba detrás y (¡oh, bendición!) había una señora dormida. Algunas contorsiones después, ya estaba del revés, sacando la cabeza con cuidado para ver si quedaba algún Yorokobu superviviente al éxodo. Y ahí estaba, casi nuevecito el número de Junio.

No sé muy bien lo que pasó después, porque mi campo de visión era reducido y mi pelo suelto lucía colgado del asiento, pero me da que la señora, supuestamente dormida, no lo estaba tanto. Debió de abrir un ojo, la pobre, en el peor momento y creería ser atacada por la novia de Fétido Adams o, en el peor de los casos, Samara, la de The Ring....Pegó un grito que despertó al menos 3 filas y a mí me dejó sorda. En serio que intenté explicárselo, pero como empecé desde el principio, a la pobre aún la asusté más. A medio discurso ya cada vez la cosa tenía menos sentido y me replegué aún de espaldas a mi asiento, en plan retirada rápida. El hombre sentado a mí lado estaba muerto de la risa, pero él sí pareció comprender y solo dijo: ¿Qué, el Yorokobu, no?


Aquí con sombrero y gafas